sábado, diciembre 23, 2006

Las Agencias Internacionales de Inteligencia

Mi primer encuentro con Sebastián fue durante los años noventa. Un joven apasionado, estudiante de sociología, participativo y conciente de sus deberes y derechos como ciudadano. Al mismo tiempo interesado en política.

Participamos juntos de diferentes ámbitos sociales durante casi cuatro años, siempre lo encontraba debatiendo y comprometido con diferentes causas sociales y políticas. Al mismo tiempo tenía un “no se qué” elusivo y poco transparente, durante mucho tiempo lo atribuí a que había fijado su residencia en el campo, desde donde se comunicaba asiduamente por Internet, en la mayoría de los casos entre las 4 y las 8 de la mañana.

Todo se precipitó cuando un día me comentó que iba a viajar para desarrollar su tarea social y política en ámbitos internacionales. Un internacionalista, pensé.

Corrieron los meses y ya me lo encontraba menos, las ágoras en las que participaba sólo tenían su presencia cuando eran virtuales. En varias ocasiones anunció su presencia en marchas de protesta y reclamo de derechos, pero nunca coincidimos…llegué a pensar que en realidad su presencia era anunciada desde otros lugares del planeta vía la red de comunicaciones.

En varias ocasiones quedamos en encontrarnos minutos antes de que emprendiera otro viaje, por lo que nunca llegaba a tiempo a la reunión, priorizando el avión.

Se convirtió en un fantasma, un fantasma viajero.

Muchos años después descubrí en que estaba metido. Comenzó en algún momento a prestar sus servicios como agente secreto. Descubrí por casualidad, a través de un amigo ruso en la embajada de Camboya que estaba en la lista de los espías de la República de Tarjykistan. Nunca supe como comenzó su carrera, sólo me comentaron, ante los recortes presupuestarios, ya que se les había acabo el financiamiento proveniente de la venta de misiles rusos en el mercado negro, que era el único espía de esta antigua república soviética para América Latina.

Ser el único personal de la agencia de inteligencia de la República de Tarjykistán le consumía todo su tiempo, y la mayoría de las veces quedaba atrapado sin poder llegar a tiempo a cumplir con sus compromisos sociales.

Creo que todavía sigue trabajando, alguna vez me lo encuentro y se queja de todo el tiempo que le lleva su trabajo.

Quizás eso fue lo que me llevó a sospechar de mi propia esposa y varios de mis amigos.

A partir de pagar informantes clave de una organización internacional encubierta, que encontré en la plaza Dorrego, La misma organización que había robado el celular de Bárbara Bush, descubrí que vivo con una agente secreto del Foreign office y que mi amiga es agente encubierto de la Inteligencia Catalana…

En definitiva, me dejaron afuera de la inteligencia. Por eso tengo tantos problemas con las matemáticas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jajaja... Creo que sé de quién hablás. Sebastián, de La Plata, siempre de viaje, bien dicho, un fantasma.