Ella se prepara, en una dinámica de placares, espejos, colores-telas y pinturas. Un espejo le devuelve un ojo que cobra brillo, es evaluado y vuelve a cobrar tonos marrones, tierras y azulados intensos.
Todo el rostro lentamente habla, un lenguaje de cosméticos, bases, delineadores y pensamientos de diseño minucioso. Se interrumpen apresuradamente para decir: - ¿vos ya estás listo?
Rapidamente, los ojos delineados abren el paso a las combinaciones de colores, las dudas y la opinión de los espejos, a los que parece costar esfuerzo convencer y que devuelvan su visto bueno.
Un instante de horas, llega a una simple, directa y aguda conclusión, siempre y cuando ella articule: -¿así vas a ir?.
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